L’Oficina Jove del Baix Llobregat és un equipament públic d’informació, orientació i assessorament gratuït i generalista on les persones joves de la comarca poden adreçar-se per resoldre dubtes, fer consultes i/o demanar més informació en relació a diversos àmbits (treball, formació, salut, relacions afectives, cultura, habitatge, entre d’altres).

A més, esdevé un punt de suport al conjunt de la xarxa d’emancipació de la comarca, treballant-hi col·laborativament i canalitzant les seves necessitats i propostes. L’Oficina Jove del Baix Llobregat està gestionada per la Generalitat de Catalunya i compta amb la col·laboració del Servei Comarcal de Joventut i la Diputació de Barcelona.

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Oficina Jove del Baix Llobregat

ASPECTOS POSITIVOS QUE NOS APORTA LA SITUACIÓN DEL CORONAVIRUS

Entrevista a Cristina Aguilar. Psicóloga, terapeuta y madre.

Cristina es Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Realizó el Máster Sanitario de Práctica Clínica por la Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo Conductual (AEPCCC).  Tiene la Maestría en Psicología Positiva Aplicada por el Instituto Europeo de Psicología Positiva, esta especializada en psicología positiva, gestión emocional y crecimiento personal. Y actualmente, está cursando una formación como facilitadora en disciplina positiva y pedagogías alternativas de 0 a 3 años. 

 

La experiencia, indudablemente inédita, en la que nos coloca la pandemia del Coronavirus nos lleva a estar confinados, pasando una larga temporada en un espacio limitado, en familia y sin haberlo elegido. Pero… que aspectos positivos podemos sacar de todo esto? Te aseguramos que los hay!

Para ello Cristina Aguilar experta psicóloga, nos ha concedido una entrevista donde nos proporciona recomendaciones y técnicas para fomentar los aspectos positivos que nos puede regalar el coronavirus!

 Debido a la circunstancias actuales, es un buen momento para nutrir nuestro autoconocimiento?

A lo largo de nuestra vida, nos enseñan muchos conocimientos (leer, escribir, matemáticas, lengua, historia…) pero nadie nos enseña a autoconocernos (qué siento, cómo lo gestiono, cómo me relaciono con el mundo, etc.). Así que desgraciadamente, la mayoría de nosotrxs llegamos a la edad adulta sin saber identificar ni gestionar nuestras propias emociones. Sin conocer cuáles son nuestras herramientas, nuestras fortalezas o nuestro esquema a la hora de relacionarnos con el mundo. Porque nadie nos ha enseñado. En cambio, les exigimos a nuestrxs jóvenes que sepan hacerlo.

Este es un bueno momento para que todxs podamos hacer un ejercicio de introspección y reencontrarnos con nosotrxs mismxs. Tenemos tiempo para reflexionar acerca de unx mismx: lo que quiero, lo que me gusta, lo que no; cómo soy, cómo me relaciono con los demás, conmigo mismo, etc. Qué aspectos me gustaría mejorar, qué fortalezas tengo, cómo podría potenciarlas. Si en lugar en el que estoy es donde quiero estar. Si no es así, ¿qué debería hacer para cambiarlo?, y cómo trabajar para aceptar aquello que no puedo cambiar?,etc.

No estamos acostumbrados a frenar el tiempo, quizás nunca lo hemos puesto en práctica. Qué podemos aprender de esto?

En una sociedad que vive a diario a un ritmo frenético, la impaciencia se ha convertido en el denominador común de nuestra conducta. Todo lo hacemos corriendo, no tenemos tiempo para nada. Cuando queremos algo, lo tenemos a un solo click. Pero después queremos que nuestrxs jóvenes sean pacientes, que respeten los turnos y los tiempos de los demás, que tengan autocontrol, que estudien para que tengan una recompensa ‘el día de mañana’, que tomen decisiones sin precipitarse, etc.

Uno de los mayores aprendizajes que nos va aportar toda esta situación que está ocurriendo con el Coronavirus, es valorar el TIEMPO. Vamos a tener que reaprender, jóvenes y no tan jóvenes, a ralentizar nuestra vida. A parar de vez en cuando para observar a nuestro alrededor y poder ser conscientes de todo lo que nos rodea. A moderar ese deseo de inmediatez y descubrir que muchas veces nos conformamos con menos justamente por esa impaciencia. Esta situación nos está obligando a PARAR. Y eso es lo que nos está facilitando el poder reencontrarnos con nosotrxs mismxs.

Nos recomiendas algún ejercicio para hacer durante estos días?

Si hay un ejercicio que se debería practicar a menudo, como mínimo a diario, es la GRATITUD. Estos días nos van a ayudar a ser más conscientes de todo aquello que normalmente tenemos a nuestro alcance sin prácticamente esfuerzo, y no sólo a nivel material. Estar confinados nos va a permitir valorar la LIBERTAD. El hecho de poder ser libre para elegir bajar a comprar el pan, salir a correr, tomar algo con los amigos, hacer turismo, disfrutar de la montaña, pasear por la playa, dar una vuelta por mi ciudad, etc.

 

También espero que nos ayude a valorar todos aquellos bienes de primera necesidad, parece que ahora nos da miedo quedarnos sin provisiones. Quizá eso también nos haga valorar la suerte que tenemos, y nos ayude a ser más agradecidos por aquellxs que no tienen tanta suerte.

Podemos agradecer también por todas las personas que tenemos en nuestras vidas. El hecho de que un virus no entienda de clases, de razas ni nacionalidades, puede ayudarnos a reflexionar acerca de la suerte que tenemos de estar vivxs y rodeadxs de gente que nos quiere y con la que podemos compartir. Tal vez sea un buen momento para que, por fin, la muerte deje de ser un tema tabú en nuestra sociedad. Seguro que eso nos ayudaría a todxs a ser más agradecidxs, a vivir sin tanto miedo y a acompañar los procesos de duelo de una forma mucho más cercana, humana y real.

Y sobre todo, agradecer que cada día que amanece sea un regalo.

Durante los últimos días se ha llevado a cabo un gesto precioso de agradecimiento a todo el personal sanitario que está dando el 200% para mejorar la situación. Me sumo personalmente a este agradecimiento y, además, quería agradecer también a aquellas personas que tengan que seguir yendo a trabajar, aquellas personas que se están organizando por comunidades de vecinos o por barrios para ayudar a los más vulnerables y desfavorecidos. A todos los que están poniendo su granito de arena para ayudar a lxs demás: GRACIAS.

Y si ya no tengo más cosas que hacer, si estoy aburrida…

Las rutinas, el ritmo de vida y el poco tiempo libre no nos permiten aburrirnos. El aburrimiento es necesario para ser creativos. Durante estos días, es un excelente momento para rescatar nuestra creatividad del cajón del olvido e intentar potenciarla.

Como rescato mi creatividad?

Libera la tensión y la frustración a través de actividades que te proporcionen placer, bienestar y satisfacción. Mi recomendación es que te animes a bailar, escribir (puedes hacer un “diario de abordo” durante los días de confinamiento), coser, cocinar, etc. También puedes relajarte con meditación, estiramientos, respiraciones, tomando un poco el sol (aunque sea a través de la ventana), y sobre todo, es importante que hagas algo de ejercicio físico.

En las redes sociales hay un montón de propuestas de profesionales de todos los ámbitos y artistas dispuestos a aportar su granito de arena para que la situación sea más llevadera, con clases y talleres gratuitos de todo tipo de actividades.

Podemos llegar a sentirnos distanciados de nuestras amistades?

El hecho de estar encerrados en casa no implica que tengamos que aislarnos. Aprovecha toda la tecnología que tenemos a nuestro alcance para estar en contacto con tus amigxs, con tus seres queridos o familiares. Tal vez te apetezca saber de alguien con quién hace tiempo que no tienes contacto, quizá es un buen momento para retomarlo.

Y por supuesto, no te olvides de compartir. Habla de tus emociones, tus inquietudes, cómo te sientes, etc. Compartir siempre suma, y te ayudará a sentirte mejor.

Respecto a las diferentes emociones que experimentamos a lo largo del dia, que podemos hacer?

Las emociones, sean agradables o desagradables, forman parte de nosotrxs y sólo intentan protegernos. Todas y cada una de ellas tienen un mensaje para nosotrxs. Así que cuando sientas una emoción, no la juzgues ni intentes evitarla. Intenta identificarla y dale espacio y tiempo para atenderla.

Normalmente no tenemos tiempo para escuchar lo que nuestro cuerpo nos está queriendo decir. Aprovecha este momento para analizar por qué te sientes así, qué es lo que te está queriendo transmitir esa emoción. Aprovecha el momento para quedarte un rato con tu emoción, aunque te resulte incómodo.

Y a partir de ahí, decide qué quieres hacer: tal vez te apetezca relajarte, compartirlo con alguien, escribirlo en un diario, etc. Y nunca olvides agradecerles el mensaje que te está queriendo transmitir y el hecho de que siempre velen por ti.

Durante estos días, es posible que aparezca frustración, rabia, enfado, tristeza, angustia, impaciencia, desconcierto, miedo… Hay gente que puede tomarse esta situación con una actitud más positiva, otras que adopten una actitud pesimista, otros con una actitud más paranoide pensando que todo esto es una conspiración, y… está bien.

No se trata de juzgar la realidad que está viviendo cada uno sino de abrazarla. Y encontrar la forma de modular nuestras emociones para que no sean tan intensas e intentar modificar nuestros pensamientos para que sean lo más realistas, objetivos y útiles posible.

Me gustaría proponer algunas técnicas que ayuden a aumentar la tolerancia a la frustración y la capacidad de afrontamiento ante determinadas situaciones. Dirigidas tanto a jóvenes como a sus familias.

  1. Autorregistros

Son muy útiles para:

  • Identificar aquellas situaciones que te provoquen malestar. Pueden ser agentes externos (situaciones, comportamientos de otros, etc.) como internos (pensamientos, sensaciones, emociones, etc.).
  • Identificar la emoción que estás sintiendo y su intensidad.
  • Identificar qué tipo de pensamientos te generan ese malestar.
  • Analizar tu respuesta a ese malestar.

Puedes anotarlo en un papel y utilizar estos registros para aprender a identificar si se repite algún patrón.

  1. El “bucle” de los pensamientos automáticos negativos

Para evitar que entres en bucle y “te comas mucho la cabeza” de forma constante, te propongo reservar un espacio exclusivo para reflexionar acerca de aquello que te preocupa y optar por las dos únicas opciones: cambiar aquello que está en tu mano y aceptar aquello que no está bajo tu control. Puedes dedicarle 10-15 minutos al día.

Siempre que aparezcan estos pensamientos en forma de preocupaciones, sólo tendrás que recordarles que lo “comentáis” a la hora acordada.

También te ayudará buscar en tus experiencias pasadas aquellas frases que te hayan ayudado a ser positivo en otras situaciones negativas. Si no la encuentras, es el momento de inventarte alguna con la que te sientas cómodo e identificado, por ejemplo: “Tranquilx, es un ratito y se pasa”, “Calma, yo no soy mis pensamientos”, “Lo vas a hacer, te lo mereces”, etc.

Es cuestión de entrenamiento y práctica, cuando hayas encontrado aquellas frases que mejor te funcionen, puedes escribirlas y guardarlas para tenerlas siempre que las necesites. Esto te ayudará a romper con la cadena de los pensamientos automáticos (cuando entramos en bucle), dejar de centrarte en lo negativo y buscar otro tipo de pensamientos más positivos y, por lo tanto, otras respuestas mucho más útiles para afrontar la situación.

  1. Modificar nuestros pensamientos negativos

Para poder modificar nuestros pensamientos negativos para que nos resulten más útiles ante determinadas situaciones que nos generan malestar, primero debemos identificarlos. Una vez identificados, los podremos sustituir por otros más positivos para que, por un lado, alejen el malestar y los síntomas y, por otro, nos proporcionen una actitud más positiva.

Para ello, puede ayudarte hacer un registro de todos aquellos pensamientos negativos que vayas identificando, y los anotas junto al pensamiento positivo que lo sustituye. De nuevo, se trata de práctica. Con el tiempo, no necesitarás esta “chuleta”.

  1. Tiempo fuera positivo

Se trata de alejarnos de la situación conflictiva, tomando un poco de aire para poder responder a las exigencias del momento de una forma más útil sin que la frustración nos limite o nos haga explotar sin control. Por eso es importante, que cada miembro tenga su espacio y el resto lo respete.

Sirve tanto para conflictos con otras personas como para la gestión del propio malestar. Se trata de encontrar algo que nos ayude a “enfriarnos emocionalmente”. Por ejemplo, retirarte un tiempo a respirar profundo o, también puede ser útil, distraerte con actividades que te gusten y que te rescaten de esa frustración.

  1. Técnicas de respiración profunda

Otra de las técnicas más sencillas y útiles para dar espacio a esas sensaciones desagradables (como frustración, ansiedad, rabia o enfado, en estos casos).

Para empezar a practicar esta respiración que te ayudará a relajarte, puedes:

  • Inspirar profundamente mientras llenas tu barriga de aire y cuentas mentalmente hasta 4
  • Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 2
  • Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 8

Y repite tantas veces como quieras hasta que estés más relajado. El conteo es totalmente flexible y puedes utilizar el conteo que más se adapte a tu respiración. Cuanto más practiques, más podrás alargar el conteo.

 

RECOMENDACIONES (para hacer más amables estos días de confinamiento en familia)

  1. Establecer unas rutinas flexibles te ayudará a estructurar el tiempo. Al tratarse de muchas horas y en el mismo lugar (tal vez también con las mismas personas), puede ser útil organizarse para determinar el tiempo que invertimos en obligaciones como los “tengo que” (como por ejemplo, estudiar, ayudar en las tareas de casa, ordenar la habitación, hacer la colada, cocinar, etc.) y el tiempo que podemos destinar al ocio con otras actividades (como realizar ejercicio físico, leer, ver series o películas, escuchar música, bailar, compartir con los amigos, juegos en familia, dibujar, coser, etc).

Hay infinidad de propuestas en las redes sociales para no aburrirse durante el confinamiento. Establecer una rutina y comprometerte con ella te ayudará a sobrellevar mejor la frustración.

Disfrutemos del regalo de tener todo el tiempo del mundo para aprender a gestionarlo.

 

  1. Respetar los espacios. Es importante, más que nunca, respetar los espacios personales de cada miembro de la familia. Esto permitirá un poco de aire en momentos de tensión o agobio. Al igual que es importante compartir como nos sentimos, cuáles son nuestras inquietudes, nuestros miedos, etc., la intimidad en momentos como éste es primordial. Muchas veces es necesario cobijarnos en nuestro espacio para poder “resetearnos” y poder recuperar nuestro equilibrio emocional.

 

  1. Comunicación asertiva. Es normal que cuando compartimos mucho tiempo y espacio con otras personas, se generen desencuentros o conflictos. Por eso es muy importante que durante estos días cuidemos el lenguaje que usamos para dirigirnos a los demás. Son momentos donde las emociones están a flor de piel y es más fácil que nos podamos sentir ofendidxs. Así que por un lado deberíamos ser muy respetuosxs y hablar con amabilidad y prudencia para no generar más tensiones de las necesarias. Y por otro, debemos ser comprensivxs y empáticxs para poder ponernos en el lugar del otro y entender lo que nos está queriendo decir sin que esto nos parezca un ataque y nos pongamos a la defensiva.

 

  1. Reuniones familiares. Se pueden proponer reuniones familiares cada X días para poder compartir cómo está llevando cada miembro de la familia la situación en cuestión. Es un ejercicio de autoconocimiento, empatía, conciliación y además, ayudará a compartir el malestar. Estos espacios también puede resultar realmente útiles para tratar aquellos conflictos que se hayan podido ir generando a lo largo de los días, entre reunión y reunión. Es una forma de destinar a los conflictos un espacio específico para trabajarlos de forma consciente.

 

  1. Uso del móvil y televisores. Es inevitable que intentemos estar conectados con el exterior. Pero es necesario encontrar el equilibrio para no aumentar la ansiedad y la frustración. Es importante que estemos informados, siempre de fuentes fiables, pero también es importante saber dosificar esa información. Así que propongo delimitar el uso de los móviles y los televisores. Pero será cada miembro de la familia, con voluntad propia, el que determine como delimitar ese uso. De cualquier otra forma, será contraproducente.

 

 

GRACIAS CRISTINA!

www.cristinaaguilar.es 

@cristinaaguilar_psicologa

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